lunes, 18 de febrero de 2013

Lectura de "Posición del Inconsciente", parte 8-b: la operación de alienación.


Con la introducción  en la teoría de las nociones de alienación y separación, Lacan cierra el bucle conceptual en torno a la causación del sujeto,  iniciado en el seminario sobre La Angustia con el conocido “esquema de la división significante”:

"Ya les he enseñado a situar el proceso de subjetivación en la medida que el sujeto tiene que constituirse en el lugar del Otro bajo los modos primarios del significante, y a partir de lo que está dado en ese tesoro del significante ya constituido en el Otro(…). El tesoro del significante donde tiene que situarse espera ya al sujeto, que, en este nivel mítico, todavía no existe. Sólo existirá a partir del primer significante, que le es anterior, y que con respecto a él es constituyente.”  ( Seminario 10, La angustia, Editorial Paidós, pág 175)

“A qué apunta la angustia en lo real(…) es lo que trataré de mostrarles mediante el cuadro de la división significante del sujeto.” (Seminario 10, La angustia, Edit. Paidós, pág 188)


Es muy importante no perder de vista que en el marco de dicho seminario, Lacan ubicará a la angustia en relación al deseo del Otro, cuestión que retomará cuando desarrolle la operación de separación.

Subrayemos entonces que para Lacan las operaciones de alienación y separación serán  las que darán cuenta de la causación del sujeto desde la perspectiva del psicoanálisis, sin que ello constituya una explicación diacrónico-cronológica del origen de la subjetividad. Si se lee detalladamente el argumento de Lacan, de ningún modo se puede inferir que “un sujeto” podría quedar situado en el momento de alienación –sin “pasar” al tiempo de separación. No se trata de tiempos madurativos ni de etapas que la subjetividad tendría que atravesar, ni mucho menos, de eventos que podrían ubicarse en la historia.

Por el contrario, Lacan hace hincapié en que se trata de “dos operaciones que se ordenan en una relación circular, pero por ello no recíproca” (Posición del Icc,) lo que quiere decir que serán los dos tiempos lógicos de una misma operación: la causación del sujeto en el campo del Otro, y que no son pensables como conceptos aislados, sino que ponen en evidencia la íntima articulación entre diacronía y sincronía, “historia y estructura”. Para decirlo de otro modo, al no referirse a momentos o fases históricas, no serán verificables por ningún psicoanalista en ningún caso clínico, sino que sólo se accederá a los efectos ya acaecidos de la operatoria completa, esto es :

- la cadena significante operando para determinado sujeto en términos de intervalo (S1-S2, lo que pone en acto  la definición del sujeto como lo que un significante representa para otro significante)

-o la cadena significante holofraseada  (X – S1), cuestión que se desarrolla largamente en el Seminario sobre “Los cuatro conceptos fundamentales” en relación a la psicosomática, la psicosis y la debilidad mental.

Pasemos a la operación de alienación, ubicada primera en una temporalidad lógica respecto de la separación.

“El efecto de lenguaje es la causa introducida en el sujeto.(…) Pues su causa es el significante sin el cual no habría ningún sujeto en lo real.”

“El registro del significante (…) produciéndose en el lugar del Otro, hace surgir allí al sujeto del ser que no tiene todavía la palabra.”

“La alienación reside en la división del sujeto que acabamos de designar en su causa.”

En estas citas extraídas del escrito que nos ocupa, Lacan sostiene que denominará “alienación” al efecto de división estructural, producto del surgimiento del sujeto en el campo del Otro, siendo éste un campo de significantes, es decir, que ninguno de ellos, en cuanto tal, significa nada sino en relación a los otros. La estructura significante del campo del Otro produce un efecto de fading o desvanecimiento del ser, lo que en otros seminarios y escritos Lacan refiere en términos de “carencia de ser”, en la medida en que ningún significante –por definición-  podrá otorgar una identidad.

“Efecto de lenguaje por nacer de esa escisión original (S1-S2), el sujeto traduce una sincronía significante en esa primordial pulsación temporal que es el fading constituyente de su identificación.”

“Lo que había allí listo a hablar, desaparece por no ser ya más que un significante.” (Posición del Icc)


Para Lacan, entonces, la alienación será el efecto de división estructural del sujeto, en la medida en que éste es  producto de la articulación significante.

Se produce una primordial pérdida de unidad, donde el ser-hablante ya nunca hará centro en ningún sí mismo, de lo que se deriva el paradójico efecto de un ser que adviene a la existencia como falta-en-ser.

Al tiempo de la alienación se articulará la operación de separación, como el momento lógico en el que se produce el rescate parcial de la pura falta en ser mediante la función del Otro y su deseo.