jueves, 13 de enero de 2011

Leer a Lacan - Presentación


Es por todos conocido que, al menos en  Argentina,  la gran mayoría de los psicoanalistas hemos leído y releído, asidua y rigurosamente, las  Obras Completas de Sigmund Freud. Podemos citar de memoria fragmentos enteros de sus ensayos, ubicando el año, el contexto, los interlocutores a quienes Freud se dirigía, etc.

Sin embargo, con la enseñanza que Jacques Lacan impartiera entre los años 1953 – 1980 ha ocurrido un curioso fenómeno: si bien hay un número importante de psicoanalistas que se hacen representar por el término “lacanianos”, se verifica que no hay un trabajo de lectura de igual magnitud sobre sus seminarios y  escritos que con los textos freudianos.

A esto han contribuido varios factores, como por ejemplo el hecho – bastante sintomático por cierto- de que aún no han sido publicados un gran número de sus seminarios, o el estilo críptico que le valió el apelativo de “el Góngora del psicoanálisis”, entre otros.

Lo que ha proliferado en su lugar es una versión de salón que lo reduce a una jerga inconexa que nadie interroga, repleta de aforismos a los cuales no se les reclama su articulación con el resto de la teoría, algo así como un Lacan de bolsillo y de tinte materialista que de ningún modo es equivalente al autor que se descubre cuando se abordan los pliegues de sus textos de manera directa.

Se producen, entonces- como risueñas paradojas russellianas- psicoanalistas que se dicen lacanianos y que no leen a Lacan pero repiten una jerga que lo distorsiona.

El propósito de esta página es propiciar un acercamiento directo a los textos lacanianos, causar el deseo de saber que posibilite  asumir una posición de analizante respecto de una enseñanza que trazó un antes y un después en la historia del psicoanálisis y cuya consecuencia mayor, asentada en una posición ética, es ni más ni menos que clínica.

Se trata, entonces, de leer a Lacan.