Existe una lectura muy difundida
entre colegas lacanianos que ubica un corte en la enseñanza del autor francés a partir del Seminario 20 “Aún”, por el que se
produciría un viraje materialista en su teoría .
Según esa hipótesis, Lacan “corta
la rama sobre la cual estaba apoyada toda
su enseñanza” (Jacques-Alain Miller, “El lenguaje, aparato de goce”, Colección
Diva, pág. 172 ) y dejaría de lado el concepto de sujeto como efecto del
significante pasando a un paradigma fundamentado en el cuerpo propio y el
concepto de goce. El Uno del cuerpo sustituiría a la división subjetiva
planteada en términos de S1-S2 .
Resulta llamativa la adherencia a
esta hipótesis de lectura que, a poco de desandar los textos lacanianos de esa
época, el lector no solo no podría comprobar sino que por el contrario,
encontraría la tesis exactamente opuesta.
De hecho, al disponerse a la
lectura sistemática de los Seminarios y Escritos del llamado último período lacaniano,
se constata que lejos de consumarse una ruptura epistemológica en el devenir de
su enseñanza, Lacan subraya una y otra vez una misma lógica , aquella que ubica
el fundamento del discurso analítico en
el significante y sus efectos, recurriendo en este caso a los nudos y la
topología, así como anteriormente lo había hecho con los grafos y matemas.
Precisamente, abundan las
referencias críticas de Lacan a la noción de cuerpo considerado como un Uno
cerrado, cuya materialidad biológica solo cuenta para el psicoanálisis -según
su perspectiva -en la medida en que brinda en lo imaginario la idea de
cuerpo-bolsa, lo que el sentido común representa con la figura de un círculo.
Esto es, si se considera que el
cuerpo constituye un Uno y que allí radicaría el fundamento de lo que el
psicoanálisis plantea como causa de los síntomas, entonces sería un discurso
que no se diferenciaría del sentido común.
La pregunta que inevitablemente
surge es ¿Por qué se ha tergiversado tanto el paradigma lacaniano, cuya
axiomática basada en el significante cualquier lector puede encontrar en los
textos originales?
A partir de esta entrada del Blog
y en las siguientes, les propongo revisar entonces una serie de citas del
llamado “último Lacan”, en la que éste fija su posición con claridad.
Seminario 21 – Les non dupes
errent ( Los no incautos yerran/ Los nombres del padre) Clase 15 11/6/74
(inédito)
“…hay
unas curiosas personas que continúan en cierta sociedad llamada internacional' que continúan
operando como si todo cayera de su peso. A
saber, que eso podría situarse,
y en un mundo que estaría hecho de cuerpos, de cuerpos a los que llaman vivientes — por cierto que no
hay razón para llamarlos así— , que están
sumidos en un medio al que llaman "mundo" “
Aquí
Lacan se refiere en términos de “curiosas personas” a los psicoanalistas de la
Internacional Psicoanalítica que parten de considerar el “cuerpo viviente
sumido en el mundo”, es decir, casi los mismos términos con los que se pregona
el hipotético cambio de paradigma lacaniano.
Seminario
22 – R.S.I. Clase 1 10/12/74 (inédito)
“Hay algo que hace que el ser hablante se
demuestre consagrado a la debilidad mental, y eso resulta de la sola noción de Imaginario en tanto que el punto de partida de ésta es la
referencia al cuerpo y al hecho de que su
representación —quiero decir todo lo que para él se representa— no es sino el
reflejo de su organismo. Esta es la menor de las suposiciones que implica
el cuerpo. Pero ahí hay algo que enseguida nos hace tropezar: es que en esta
noción de cuerpo es preciso implicar allí inmediatamente esto que es su
definición misma, que es algo de lo que se presume que tiene funciones
especificadas en unos órganos, de manera que un automóvil, incluso un
ordenador, según las últimas noticias, es también un cuerpo. No va de suyo,
para decirlo, que un cuerpo esté vivo.”
Lacan afirma que el punto de partida de lo
Imaginario es la representación del cuerpo como reflejo del organismo, lo que
Freud planteaba en términos de “El Yo es el reflejo de la superficie corporal”,
por lo que luego agrega:
Clase 2 – 17/12/74
“Quiero decir que la función, por ejemplo, llamada del Yo (moi), es ese algo de lo
que Freud, de manera conforme a esa necesidad, a esa pendiente que hace que es a lo Imaginario que va la sustancia
como tal, Freud designa como el yo (…)
es en la bolsa, la bolsa del cuerpo, es
por esta bolsa que se encuentra figurado el Yo, en lo cual, por otra parte
, esto lo induce a tener que, sobre ese Yo, especificar algo que justamente
hacía allí agujero por dejar entrar allí el mundo, por necesitar que esta bolsa sea de alguna manera taponada
por la percepción.”
Aquí Lacan lo dice lisa y llanamente: El Yo
es lo que en lo Imaginario, provee la idea de que el cuerpo es una bolsa.
Hablar del Uno-del-cuerpo, entonces, ¿No es hablar del
Yo?
( Sigue en Parte 2 )