En octubre de 1966, en la ciudad de Baltimore (Maryland – USA) se
realizó en el Centro de Humanidades John Hopkins el Simposio
Internacional sobre “Los lenguajes críticos y las ciencias del hombre”.
Entre el 18 y 22 de Octubre, se dieron cita intelectuales de todo el
mundo, dando el puntapié inicial a un programa de seminarios y coloquios
que se extendería por un período de dos años.
En 1970 The John
Hopkins Press, publicó las actas del Simposio con el título de “The
Languages of Criticism and the Sciences of Man: The structuralist
controversy” bajo la dirección de R. Macksey y E. Donato.
Aquí se encontrará una intervención en la que Lacan explica con un ejemplo su concepción del sujeto, que no es "ni intra,ni extra ni intersubjetiva"
Intervención de Jacques Lacan sobre la exposición de
L. Goldmann "Estructura: Realidad humana y Concepto Metodológico"
18 de octubre de 1966
(Traducción de Paola Gutkowski y Pablo Peusner, link original: http://elpsicoanalistalector.blogspot.com/2007/08/textos-inditos-de-lacan-en-espaol.html )
El Sr. Goldmann acaba de mostrar cuán difícil será para mí comunicarles mañana
lo que, justo esta mañana, con la amable ayuda de mi traductor, he
comenzado a poner en una forma adecuada para esta reunión. El Sr.
Goldmann es bien conocido por ustedes por haber enseñado aquí durante
varios meses. Mi contribución será menos familiar. He tratado de
preparar algo que representará el primer corte de mi pensamiento.
Como
este proyecto es algo sobre lo que he venido trabajando hace quince
años, comprenderán que mi exposición de mañana no podrá ser exhaustiva.
Sin embargo, a fin de facilitar mi tarea y para preparar vuestras
orejas, me gustaría decir ésto: Algunas palabras concernientes al sujeto. Pienso que ellas son necesarias desde que ayer introduje el término y desde que el mismo Sr. Derrida aquí presente me preguntó ayer en la cena, "¿Por qué llama usted sujeto
a ésto, esto inconsciente? ¿Qué tiene que ver el sujeto con ésto?". En
todo caso, no hay nada que hacer con aquéllo de lo que el Sr. Goldmann
habló como siendo el sujeto. Es naturalmente solo una cuestión de
terminología, y el Sr. Goldmann puede utilizar el término sujeto para
decir aquello que quiera. Pero, aquello que yo querría acentuar es lo
que caracteriza al sujeto del Sr. Goldmann (que es muy próximo a la
definición clásica) la función de unidad, de unidad unificante. Su
sujeto es el sujeto del conocimiento, el sostén (falso o no) de todo un
mundo de objetos. Y el Sr. Goldmann lleva esta función de unidad hacia
otros campos que ése del conocimiento, por ejemplo hacia la esfera de la
acción, cuando llama a John y James cargando una mesa un solo sujeto,
en la medida en que ellos están unidos por esa acción común.
Pero lo
que me empuja a hablar es que justo vengo de tener esta experiencia. No
moví yo mismo (a pesar que mi nombre es "James" [Jacques]) una mesa
junto a John, pero no lo hice sólo por razones personales de fatiga y no
porque me hayan faltado ganas de moverla, como lo verán ustedes. Lo que
ha sucedido fue algo diferente.
Me encontraba en un hotel local cuyo
nombre no mencionaré (conocido por todos ustedes) y quería colocar una
mesa, que se encontraba contra una pared, delante de la ventana, a fin
de trabajar para esta reunión. A la derecha de la ventana se encontraba
una cómoda que me lo impedía. Tomé el teléfono y pedí que alguien
viniera a ayudarme. Entonces, llegó un personaje muy digno, de cabellos
blancos portando sobre su uniforme este título (que no tenía aún ninguna
significación precisa para mí, aunque las cosas hayan cambiado a partir
de entonces) "Bellman". No le presté ninguna atención a ese nombre, que debe querer decir "hombre bello".
Le dije al "Bellman" en mi inglés (imperfecto, como lo verán mañana,
pero suficiente para formular un pedido) que quería poner la mesa cerca
de la ventana y la cómoda en el lugar de la mesa. Aquellos de ustedes,
aquí presentes, que pertenecen a la comunidad americana no se
sorprenderán del simple gesto que obtuve en respuesta, "Mire. Soy el
Bellman. ¿Por quién me toma usted?. Ese es el trabajo del ama de llaves".
Respondí "Eso no importa. Todo lo que quiero es que se haga el trabajo.
Si usted es tan amable avísele al ama de llaves, para que no se haga
demasiado tarde". Debo decir que en un tiempo excepcionalmente corto
para este hotel se presentó el ama de llaves y obtuve la ayuda de dos
negros(incluso sin esperar demasiado, desde el momento en que pude explicarme acerca del asunto de mis deseos).
Ellos llegaron y prestando muy poca atención a mi pedido (parecían
incluso estar escuchando otra cosa), hicieron aquello que yo les pedí.
Lo hicieron, diría, casi perfectamente, porque quedaron unas pocas
imperfecciones pequeñas en el trabajo, pero tan precisas que ellas no
pudieron haber sido involuntarias.
Ahora,
¿dónde está el sujeto de esta pequeña historia? A primera vista (aunque
ustedes van a ver rápidamente por qué no me detengo en eso) el sujeto
es evidentemente yo mismo, en la medida en que me encontraba queriendo
durante toda la situación, porque el punto importante de la historia no
es evidentemente el hecho que soy yo quien dio la orden y, finalmente,
obtuvo satisfacción, sino más bien el modo en que fallé al no preguntar,
en primer término, por la persona adecuada para la jerarquía reinante
en el hotel, y obtener su servicio sin demora. De todos modos eso me ha
dado la oportunidad de puntualizar la diferencia entre sujeto y
subjetividad. Habría sido seguramente el sujeto si eso hubiese sido
solamente una cuestión de esta falta. Yo soy la subjetividad, en tanto y en cuanto, innegablemente, he manifestado una cierta impaciencia en todo este asunto.
Por
el otro lado, eso que me parece ser el sujeto es realmente algo que no
es ni intra ni extra ni intersubjetiva. El sujeto de este asunto me
parece (y no lo tomen a mal; lo digo sin la menor intención
despreciativa, pero plenamente consciente del peso de lo que voy a
proponer): ¿Qué suerte de sujeto caracteriza un estilo de sociedad en la
cual, todos están teóricamente tan listos a ayudarte como la pregunta
"¿Puedo ayudarlo?" implica?.
Es la pregunta que su vecino de asiento le formula inmediatamente
cuando usted aborda un avión -un avión americano, por supuesto, con un
vecino de asiento americano. La última vez que viajé de París a Nueva
York, estaba muy cansado por razones personales, y mi vecino de asiento,
me ha, literalmente, puesto la comida en la boca durante todo el viaje
como una mamá gallina. ¡Él tomaba pedazos de carne de su propio plato y
los deslizaba entre mis labios!. ¿Cuál es la naturaleza de este sujeto
que está basado sobre ese primer principio, y que, por el contrario
imposibilita obtener la ayuda?. Tal es, entonces mi pregunta, y creo,
habiendo relatado mi historia, que es aquí, al nivel de este intervalo
-que no encaja en la intra ni extra ni intersubjetividad- que la
pregunta del sujeto debe ser situada.