Conferencia en el Centro cultural
francés el 30 de marzo de 1974, seguida de una
serie de preguntas preparadas con anterioridad, en vistas de esta discusión, y fechadas el 25 de marzo de
1974- Publicada en la obra bilingüe: Lacan
in Italia 1953-1978. Lacan en Italia, Milan, La Salamandra, 1978, pp.104-147-
Contemporánea del seminario 21, “Les
non-dupes errent “, esta conferencia es muy interesante para cotejar con las
versiones circulantes acerca de un “ultimísimo Lacan materialista”. Aquí, hace
algunas aclaraciones sobre su utilización del neologismo “lalengua”, insiste
sobre la idea del inconsciente como un saber, y la materialidad….del
significante.
La versión en español es autoría de Marcos Esnal, Graciela Leguizamón y María del
Carmen Melegatti, con la revisión de Raquel Capurro. (Marzo
2015)- *Para la fabricación de
esta versión bilingüe se tomó como texto fuente
en francés: Pas-tout Lacan, www.ecole-lacanienne.net.
(…)Ha habido batallas –no es muy
francés, hay que decirlo– ha habido
batallas que Lacan ha “combatido”, (en francés no decimos nunca “combatir una batalla”: se
“libra” una batalla. Pero no es
algo importante. No veo porqué no se diría que Lacan
ha combatido batallas, aunque no se combaten batallas, una batalla, se combate con un
adversario... etc.). Entonces,
en efecto combatí ciertas cosas... combatí ciertas cosas en el pensamiento de los analistas.(…)
La idea de que el analista tiene
un aliado –porque es así, es de ahí
que partió la idea del yo autónomo– un aliado en el yo de cada uno, y que ese yo es autónomo, es algo
que no se les pudo ocurrir sino
a personas cuyo objetivo confeso era explotar ese terreno, es decir, que tenían que vérselas
con hombres que sufrían de algo
(…)
La idea de explotar eso
palmeándoles la espalda
diciéndoles: “Pero lo que hay
que hacer es liberar su yo autónomo, liberarlo de
todo eso de lo que él sufre de manera evidente y no tiene caso que continúe sufriéndolo tanto, pero ya
que usted tiene un yo
autónomo... usted está con nosotros de corazón”. Es
muy raro, es un ejemplo de lo que no es tan novedoso, ¿no? Durante siglos se ha conseguido fascinar a
mucha gente con lo que llamo la
fe... es decir, desplazarlos... digamos la palabra: embaucarlos.(…)
Como por otro lado pienso que los
analistas, en suma, llegan a su
lugar... con esto no quiero decir para nada que tienen la antorcha de la esperanza... están
condicionados como todos los hombres,
llamados a una función, y a una función que puede cumplir con eso de lo que se trata, a saber,
si no podemos saber cosas que
en la ocasión servirían... servirían a esos seres hablantes... les servirían y les permitirían
acomodarse a las consecuencias
de su saber: es cierto que para eso es necesario saber
un poco más sobre eso. Y que,
ciertamente, lo que hay que saber más, no es la existencia
del yo autónomo.
(…)Trato de decir lo mínimo que
resulta de esta experiencia, de la experiencia
del analista. ¿Por qué
propongo esto bajo la forma del nudo? El
nudo, en el sentido en que hay cosas que se sostienen juntas y que tienen un comportamiento muy especial,
el nudo de tres registros o
categorías que son el real, el imaginario y el simbólico.
Es lo que me surgió a mí de
esta manera, después de un cierto tiempo
de experiencia analítica. Entonces,
los asocié intercalando comas entre cada uno: el imaginario,
el simbólico, y el real. No los
invito en absoluto a creer en eso; están invitados a intentar servirse de eso(…)
(…)Cuando hablo del simbólico, se
trata de la lengua. Para
ustedes la lengua... –que escribo en un solo término: digo lalangua,
porque quiere decir lalala, la lalación, a saber, es un hecho que desde muy temprano el ser humano
hace lalaciones, no hay más que
ver a un bebé, escucharlo, poco a poco hay una persona,
la madre, que es exactamente la misma cosa que lalangua, además es alguien encarnado quien le
trasmite lalangua... ...entonces,
para ustedes lalangua es la lengua italiana, para mí, se trata de la lengua francesa –porque
es la que me enseñó la madre
que era la mía... y me parece
difícil no ver que la práctica analítica pasa por ahí, porque todo lo que se demanda a la persona
que va a confiarse a ustedes,
no es otra cosa: es hablar.
(…)Además esto: como no sé qué es
la vida, se los señalé recién, tampoco
sé qué es lo vivido. Sé bien que se ha acordado, en alguna filosofía, mucha importancia a lo
vivido, pero yo no soy filósofo,
soy practicante y lo que sé es que un sueño se descifra, se interpreta, pero únicamente a partir del
momento en el que el analizante
lo habla.
Lo que es fabuloso es que... es
el hecho de que ese vehículo que
siempre ha sido, en sí mismo, un enigma, si se lo habla, entonces allí descubre que se lo puede
interpretar.
A saber, que es precisamente a
nivel del hecho de que es hablado,
que nos damos cuenta de que encubre lo que no aparecía
para nada en su vivido, que encubre un saber y que es eso lo que Freud designó con el nombre de
inconsciente.
A saber, que es diciendo ciertas
cosas, entre las que hay sueños, entre
las que hay actos fallidos, entre las que hay chistes, que se dice más de lo que se sabe.(…)
(…)quizá se encuentre eso en todas las bocas en veinte años, será una
nueva epidemia... todo el mundo
será lacaniano, es decir, tan tonto como antes ¿no? No será porque digan las cosas que digo, que
eso hará más inteligente,
porque intelligere es saber leer las cosas a nivel de lo que se escucha, a nivel de lo que se
dice, a nivel de los hechos,
porque no hay otro hecho que lo que se dice: eso es saber leer. Cuando todo el mundo repita lo
que digo y eso no avance en
nada, eso querrá decir que se ha encontrado... un nuevo río para seguir su corriente.(…)
Una cosa como la que digo hoy...
no sé por qué, por otra parte, no
sé por qué nadie me mata. Eso me llegará, un día... sí.
(…)“El significante...”: si no se
sabe lo que es el significante después
de que hablé durante tanto tiempo de eso, no hay esperanza.
Pero... no veo por qué no
recomenzaría, en fin.
Palabras clave: Jacques Lacan - Conferencia - Milán - 1974
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