La cuarentena o aislamiento social obligatorio que han
dispuesto muchos gobiernos durante la actual pandemia de coronavirus Covid-19,
ha colocado al sujeto capitalista occidental – si fuera posible utilizar
semejante generalización- ante la prueba del “tiempo libre improductivo”.
Si bien es muy probable que en un futuro próximo no veremos los cambios
tan radicales que predice Slavoj ŽiŽek en su artículo del 27 de febrero, “El
coronavirus es un golpe al capitalismo a lo Kill Bill...” ( disponible en https://www.medionegro.org/wp-content/uploads/2020/04/ASPO1.pdf ) es un hecho que el imperativo superyoico
que Lacan ejemplificaba con el ¡Goza! , transformado en su versión capitalista
¡Produce! , hace resonar la reflexión que
hacía el autor francés en el marco del
Seminario 16, “De un Otro al otro”, de manera casi contemporánea al mayo
francés:
"Otium cum dignitate reina en Horacio,
como saben - o no saben. Todo el mundo lo sabía el siglo pasado porque todos se
dedicaban a Horacio, pero gracias a la sólida educación que recibieron en el
secundario, ustedes ya ni siquiera saben quién es Horacio. Otium es la vida de
ocio, de ratos libres, naturalmente no nuestro tiempo libre, que es ocio
forzado. Se les da tiempo libre para que saquen un pasaje en la estación de
Lyon, que en primer lugar hay que pagar, después de trasladarse de prisa a los
deportes de invierno, donde durante quince días se dedicarán a un sólido
castigo que consiste en hacer cola al pie de los telesquíes. Uno no está allí
paa pasarlo en grande. El tipo que no hace eso, que no trabaja en el tiempo
libre, es indigno. Por ahora es Otium cum indignitate. Y cuanto más avance la
cosa, más así será, salvo accidente. En otras palabras, hoy en día el rechazo
del trabajo da cuenta de un desafío, se plantea y no puede más que
plantearsecomo un desafío"
(Jacques Lacan, Seminario 16 “De un Otro al otro”, Editorial
Paidós, pág. 101)